miércoles, 12 de febrero de 2014

La Colonia de Pimlico / Pimlico's Colony

La Botones y yo, en nuestra casa imaginaria de Belgrave Road, donde la celulitis no existe.
Ya hace un mes de mi vuelta a Londres, y ha sido un mes bien movidito. Entre la incorporación al trabajo, al que aún me estoy habituando y la búsqueda de piso el tiempo se me ha ido escapando de las manos. Enero ha resultado ser un mes frío, lluvioso y lleno de obstáculos, pero con la llegada de febrero espero llegue un poco de paz. Hace un par de meses, cuando aún no sabía siquiera que iba a ser de mi vida, frente a una taza de té La Botones y yo fantaseábamos con la idea de ser compañeras de piso, nos veíamos tomando café una mañana de domingo junto al Cocinillas y El Letrado en el jardín trasero de una preciosa casa de Belgrave Road (porque soñar es gratis). Esa idea empezó a tomar forma en nuestra cabeza cuando supe que tendría que volver y la noche del 10 de enero, durante un paseo etílico por el Támesis tomamos una determinación: Encontrar nuestro hogar en Londres. No ha sido fácil, y el camino ha estado repleto de contratiempos que no voy a pormenorizar aquí, por el camino hemos reído, rabiado, llorado y sobre todo hablado mucho por teléfono, hemos conocido a Matthew, más conocido como el Sherlock Holmes de los agentes inmobiliarios y a Lana Montana, una mujer con increíbles dotes para la conducción que sospechamos no ha fregado un plato en su vida. Evidentemente, nuestro nuevo hogar no esta en Belgrave Road, y tampoco tiene jardín trasero, pero dadnos un poco de tiempo.
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It's been a month since I came back to London and it has been a very busy month. Between the new job and the flat hunting, time has leaked between my fingers. Turns out January has been cold, rainy and full of obstacles, but hope February brings us a little bit of peace. A couple of months ago, when I didn't even know what was going to happen with my life, Buttons and I dreamed about being flatmates over a cup of tea. We pictured us having coffee in a Sunday morning with Littlekitchen and The Attorney at the lovely backyard of a Victorian house at Belgrave Road (dreaming is free, isn't it?) The idea grew in our minds when I knew I was coming back, and on January 10th during an ethilic walk among the the Thames we made a decision: to find a home in London. It hasn't been easy, and our path was full of obstacles that I won't name here. We have laughed, cried and made a lot of phone calls, we have met Matthew a.k.a The Sherlock Holmes of letting agents and Lana Montana, a woman with unbelievable driving skills who hasn't ever clean a dish (or at least is what we suppose). Our new home is not at Belgrave Road, obviously, and it doesn't have a backyard, but just give us some time.

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